sábado, 12 de junio de 2010

Justicia Injustificada


Un ciudadano ejemplar precisamente es un ejemplo de lo que no debe hacerse en el cine: maniqueísmo esperpéntico, guión al servicio del espectáculo, previsibilidad, etc. Sin embargo, ya que hablamos de justificaciones, su producción se ve justificada por los ingresos que sin duda recaudará y hasta resulta cómico el hecho de que sea esta la argumentación más sólida que podemos extrapolar de la película.

Este ciudadano, como dije antes, nada tiene de ejemplar y sus pretensiones grotescas menos aún. El mundo en el que se desenvuelve nuestro "ciudadano" resulta similar al mundo en que vivimos: asesinatos, justicia corrupta, espectáculo mediático... pero enseguida, tras unos minutos, nos percatamos del engaño y ya no somos capaces de reconocer nada en él, nos perdemos en el espectáculo.
Además de ello el argumento de la película se centra en la justicia, en lo que es justo, en lo que debe hacerse en nombre de lo que es justo... -muy al estilo americano, pero se echa de menos algún que otro Eastwood cascarrabias-. Ahora bien, lejos de realizar un profundo análisis sobre esta cuestión ¿qué solución nos ofrece este "ciudadano" ante una justicia corrompida? Nada más y nada menos que impartir la justicia por nuestra cuenta a diestro y siniestro, a golpe de cañón si hace falta, para así dar ese "ejemplo" y acabar con la corrupción, brillante. Pero claro, no iban a dejar que ese ciudadano se llevara él solo el mérito de dar ejemplo y por esta razón la justicia (jueces, abogados, alcaldes...), en un acto de solidaridad, también se suma a quebrantar leyes y vulnerar derechos fundamentales para castigar como es debido al que osa atentar contra lo que es justo. Por lo que, tras una trama precipitada y más que predecible, llegamos a la conclusión "injusta" tanto en un caso como en otro en la que "el fin, justifica los medios". En Fin, nos encontramos ante un intento más de explotar el género carcelario al estilo Prison Break, todo resulta creíble y justificado en un guión tan endeble como sus planteamientos morales, si es que en algún momento los tiene.

Finalmente tras abandonar la oscura sala, nos sentimos aliviados al saber que solamente se trataba de ficción, que El Tío Sam murió hace mucho tiempo y no nos señala con su dedo acusador, pero sobre todo, nos alegramos de que los ciudadanos no decidan dar ejemplo de tremenda justicia injustificada

3 comentarios:

  1. Más allá de ese quiero-vender-con-esta-película y de la trama que mencionas podemos vislumbrar algo mas que eso. En la sociedad de hoy día se producen brotes de rabia continuamente, ¿no? Tenemos los casos de masacres en institutos, mediatizados y llevados al morbo extremo. Uno o varios ciudadanos hartos de una vida desgraciada, de unos tratos injustos y denigrantes explotan.

    Te pongo dos casos, el famoso Columbine y el caso más reciente de la masacre de Virgina Tech, perpetradas ambas por estudiantes. Chicos como tú y como yo, hartos, en todo el sentido de la palabra.

    Viniendo un poco más cerca podemos encontrar el caso de Emilio Gutierrez que destrozó una herriko taberna donde se reunían terroristas y cigotos en fase de crecimiento.

    ¿Están los tres casos justificados? Tres ciudadanos de a pie comenten delitos. Por supuesto los tres muy muy separados, pero delitos al fin y al cabo.

    Las Intifadas: guerras de fusiles contra piedras, violencia también.

    La conclusión de esto, que se me ha liado un poco: ¿No deberían sonar hechos como estos como ecos de alarma? ¿No deberíamos ver como el Estado de Bienestar es muy imperfecto? ¿Dónde están las leyes que protegen la moral y la ética, denigradas hasta el subsuelo?

    No creo que con "Un ciudadano ejemplar" se haya querido hacer una crítica o una mera prevención social. Pero hechos, que no películas, llaman casi con la misma trama y casi dejamos que pasen sin pena ni gloria.

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  2. Tienes razón en lo que dices, sobre que el estado de bienestar es imperfecto, las leyes son "injustas" y hay casos de rabia incontrolada como los de columbine y demás que pasan sin pena ni gloria, pero eso no lo he visto yo en esta película. Si te fijas, el "malo" hace ademán de ser malo, y el bueno, se esfuerza siempre por ser bueno, ahora bien, cuando la cosa empieza a ir más allá (va muriendo gente, y las muertes no implican nada, ni lamentos ni emociones, nada, simplemente se ha caído un personaje del guión, lástima) el bueno le sigue el juego al malo y él también hace lo que sea por ir delante del malo, y lo que me parece aberrante es eso, que la película justifique que un abogado pueda hacer chanchullos con una juez para que un preso pueda prescindir de sus derechos fundamentales (que podría ocurrir en la realidad) pero que encima lo justifiquen, lo pongan como algo que es justo, que se ha hecho "en nombre del bien" para evitar un mal mayor que no existe en el mundo real, compartirás mi opinión de que todo lo que hace el "malo" es pura fantasía, es irreal y sin embargo en esa fantasía se centra toda la película mientras que deja para el postre la crítica al sistema judicial y demás que te dije que compartía al principio contigo.

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  3. Estoy de acuerdo completamente. Pero bueno, para echar el rato basta, yo tuve que verla porque no llegué a otra sesión más interesante (El Escritor, que te recomiendo) y luego más tarde pude ver.

    A mi me pasó algo parecido a lo que te ha pasado a ti con 7 almas, ví una ética tan corrupta, tan inmoral. Me indigné muchísimo al verla. Luego efectivamente tuvo su pequeña entrada en mi blog: http://paramiescritura90.blogspot.es/1233618120/.

    Un abrazo

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